lunes, 13 de abril de 2020

Amor y tiempo


Mireya Patricia Bernal (coautora) - Adrián Felipe Vásquez (coautor/editor)

Mi hija, despierta temprano todas las mañanas y entra a nuestra habitación a interrumpir nuestro sueño, lleva siempre en sus brazos dos o más peluches y la ilusión de que otro día más podrá jugar con papá o mamá, aunque sea por un ratito.

Mientras realizamos las labores cotidianas, la veo buscando el mejor momento, para que su papá o su mamá: tome los juguetes, los hagan hablar e interpreten fantásticas aventuras, con la creatividad e imaginación.

En muchas ocasiones, le decimos que no estamos de vacaciones sino de cuarentena por la pandemia COVID-19. Ella sabe lo que está sucediendo, pero se enfoca, como debe de ser, en la parte buena: tener a sus padres en casa todo el día.

Una noche, mientras la acompañaba para dormir me dijo: “cuando me toca ir a la escuela, me da mucha pereza levantarme temprano”, fue entonces cuando le pregunté: ¿por qué ahora te levantas temprano? y, me respondió algo que yo ya había intuido, mas quería escucharlo de sus labios: “porque me gusta jugar con ustedes dos”.

En el estrés de la vida, en el diario trajinar, con las obligaciones de adulto, se nos olvidan muchas cosas, entre ellas: detenernos y regalar tiempo, en el libro: Enfrente a sus Gigantes de Max Lucado, hay una parte en la que menciona lo siguiente: “los niños, deletrean el amor en seis letras: T-I-E-M-P-O”.

No sé, cuántos niños estarán disfrutando del amor transformado en tiempo con sus padres, hermanos y otros familiares; y, no sé cuántos padres, hermanos y otros familiares lo estén entregando, pero podemos aprovechar, que en medio de esta crisis de salud y humanitaria, se nos brinda la oportunidad de poder hacerlo: dar amor al dar tiempo y su triple C: cantidad, calidad y calidez, general (a todos) y específico (a este ser querido)

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