martes, 31 de marzo de 2020

Cambio o reincidencia


Mireya Patricia Bernal (coautora) - Adrián Felipe Vásquez (coautor/editor)

Cuando la cura para el COVID-19, que actualmente azota el mundo, sea encontrada y las cosas vuelvan a su aparente normalidad, es decir, todos: a trabajar, a estudiar o a las calles para realizar nuestras actividades cotidianas: ¿qué pasará?, ¿seremos los mismos? ¿habremos cambiado? o, ¿reincidiremos en los errores cometidos?

¿Seguiremos ignorando el calentamiento global, creyendo que los recursos del planeta son eternos mientras se agotan o negando que lo polos de deshielan, que los osos polares se devoran unos a otros o que una jirafa albina con su cría fueron asesinadas por cazadores furtivos y que su extinción, como la de otras especies en peligro, ya es segura?

¿Seguiremos apartando nuestra vista de ese lado del mundo donde la gente muere de hambre, donde miles de niños, mujeres o hombres desaparecen, donde la violencia es el pan de cada día, donde la pobreza, el hambre o la miseria no respetan ni siquiera a su propia familia, donde hay países que viven guerras eternas con intereses egoístas de base, donde las violaciones a los derechos humanos son perpetuas o donde la pérdida de valores humanos, e incluso cristianos, son cada vez más frecuentes?

¿Seguiremos comprando, acumulando y desechando objetos, mientras que en otros lugares la basura de unos es la riqueza de otros, como por ejemplo: las mismas prendas que desechaste, hasta con etiqueta, pueden servir para que otro cubra su desnudez e incluso sostenga un emprendimiento, tal vez un mercado de pulgas?

¿Seguiremos acumulando tesoros en la tierra o por fin nos daremos cuenta que cuando la enfermedad, el hambre o la necesidad tocan nuestra puerta, todo lo material pierde sentido?

¿O, como anhelamos muchos, puede ser que reaccionemos a los llamados de atención, vestidos de: desastres naturales, guerras, pandemias y otras cosas que profundamente nos golpean, exhortando al sentido común, la capacidad de aprendizaje y la sensibilidad, por naturaleza humanas?

Que los daños, perjuicios y desaciertos cometidos, que han herido de muerte a nuestra especie, nos permitan valorar lo que en verdad tiene valor: la persona humana y que volvamos nuestros ojos al Creador, a lo simple pero maravilloso de una existencia en comunión, entre personas y pueblos, que es: respetar la vida, toda forma de vida, para tener vida. 

Tenemos agua, aire, tierra, viento, sol... salud, alimento, vestido, movilidad, servicios básicos... ciencia, tecnología e innovación... pero sí no nos parece suficiente razón de nuestra realidad plena de privilegios, incluye a la lista amor, familia, lazos de afecto... nos daremos cuenta de tanta riqueza... y, lo esencial, si aceptamos a Dios como centro, tendremos salvación y lo tendremos todo.

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