Me he vuelto fan número uno de la maternidad y toda aquella información relacionada a ésta. Webs, artículos, videoconferencias, consejos, pensamientos... Me descubro compartiendo en las redes sociales algún tema a fin a mi principal labor: ser madre.
Lo admito, tanta información en muchas ocasiones entra por mi vista o por mi oído pero se esfuma. Trato de ponerla en práctica, pero no la aplico bien o resulta fallida. Así que, en el poco tiempo que me queda antes de ser descubierta por el radar de mi hija, me sumerjo en temas y más temas que me ayuden a avanzar en cada una de las etapas de su vida, para poder acompañarla de forma más precisa.
He encontrado otras madres a quién depositar mis penas y aprovechando que son médico familiares, pediatras, pedagogas, psicólogas o psiquiatras, hago preguntas y preguntas, pero pareciera que me entorpezco tratando al aplicar los consejos y vuelvo a preguntar lo mismo más de una vez.
La cuestión es que desde que soy madre, ante mis ojos se abrió un mundo diferente, mejor dicho desconocido, cada reto me trae tanto un conflicto como un desafío, que cuando pasan me río y recuerdo como sufría; entonces, creo que puedo aconsejar o emitir mi opinión ante otra madre, como si lo que me funcionó a mí le funcionara a otra, pero lo aporto, puede que sí o puede que no.
Pienso en el tiempo en el que pasé idealizando mi vida, en las veces que pensé que todo sería fácil, tenía imágenes de una mujer con un hogar ejemplar, todo a la perfección: hijos amorosos, educados, obedientes... Como cuando soñábamos en príncipes azules y cuentos de hadas.
Pero, la maternidad me confrontó a la realidad y me sacudió. Ahora, siento que no estaba preparada, pero: ¿quién lo está?, incluso existiendo un "manual infalible para la crianza de los hijos", ¿se puede seguir a pie de letra lo que dice?. De hecho, cuando compramos un libro o leemos algún artículo ni siquiera nos damos el tiempo para hacer la bajada del texto a nuestras vidas.
La diferencia es grande, los niños no son máquinas sino seres humanos, diferentes unos de otros, como diría mi esposo: únicos, irrepetibles, inigualables, inimitables, inclonables...; así que, el único camino que me queda es el del amor, porque es eso lo que me impulsa a levantarme cada mañana e intentar ser la mejor versión de mí misma, en el desempeño de este rol.
Madre perfecta, no lo soy, pero me avergüenza el recordarme explotando y después sumergida en un profundo dolor y arrepentimiento. Pero, ¿quién es la madre perfecta?, ¿lo será aquella que nunca grita, la que jamás regaña, la que siempre complace, la que todo tiempo premia o la que en todo momento aguanta?...
Como seres humanos somos tan frágiles y, en la actualidad, la Psicología afirma que "afectamos la vida de nuestros hijos"; claro que sí, lo haremos, incluso tratando de manejarnos con pinzas; sin embargo, anhelamos como madres que pese más lo bueno, lo amable, lo noble... Y, como madre me miro cada día, con muchas sombras, obscuridad que la maternidad saca a relucir, retos a los que nunca pensé enfrentarme... sentimientos ocultos que estaban pegados tan profundamente a mi ser, cosas que me hacían daño, que por años no las reconocía, que dirigían el curso de mi vida.
En la tarea de ser mamá, mucho de aquello ha sido revelado y he entendido que debo trabajarlo, "que debo desaprender para aprender" o que debo "llorar, hablar, exteriorizar", para poder sacar, que hay que limpiar... Que debo adentrarme en lo profundo de mi ser y entender lo que causa esta emoción, ¿qué pienso, siento, quiero? y, ¿cómo reacciono?. Que para enseñar algo primero debo aprender, porque muchas veces le he dicho a mi hija que controle sus emociones cuando las mías se desbordan constantemente... Y, aquellos cuentos como: "El Monstruo de Colores", el cual se levanta liado con sus emociones y tiene que aprender a identificarlas, separarlas, canalizarlas, aplica también para mí, la adulta. A la final, ella es una niña y está aprendiendo y yo le llevo una vida por delante...
!Oh, amada maternidad!, agradezco a Dios por haberme elegido, en medio del ruido intenso y de acercarme, poco a poco, a la luz. Bienvenida seas y, espero que con la experiencia fraguada, día con día, mi tarea sea mejor, más constructiva, altamente significativa...
!Oh, amada maternidad!, agradezco a Dios por haberme elegido, en medio del ruido intenso y de acercarme, poco a poco, a la luz. Bienvenida seas y, espero que con la experiencia fraguada, día con día, mi tarea sea mejor, más constructiva, altamente significativa...
De esto nace la iniciativa del blog web El diario para una mamá, en el que compartimos con ustedes, nuestra experiencia en esta tarea compleja, permanente e inacabada de la crianza. De antemano, agradecemos sus comentarios, sugerencias o aportes a:
undiarioparaunamama@gmail.com
Gracias, nos ayuda a reflexionar.
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